Detrás de cada emprendimiento hay una historia, y en este aniversario sólo podemos recordar como nació la nuestra...

"Viajando por el otro lugar del planeta, en Bélgica, por allá en el 2014, y saboreando un maravilloso chocolate, se me vino a la cabeza el porqué solo algunos pocos tienen la posibilidad de disfrutar esa sensación llena de aromas, brillo, color, que al contacto con el paladar es capaz de disparar una cantidad de hormonas en el cuerpo que provocan una sensación de bienestar, de alegría, de felicidad.

 

La idea se vino viajando conmigo de vuelta a Chile, tratando de hacerse patente, dando vueltas en la cabeza de una abogada que consolidaba su vida profesional, pero seguía ahí –la idea-, inquieta, dando vueltas por la cabeza, no dejando dormir, hasta que explotó, se hizo realidad, por allá en noviembre del 2015: nacía Liberté Chocolat.

Nació al mundo y dio sus primeros pasitos tímidamente, con 1 producto, con 2, con 5, en una habitación de un departamento, sin agua caliente. Luego las ideas que siguen dando vueltas en forma ya de creatividad, diseñan y crean un producto que empieza a hacer crecer la empresa, a ponerle más presión al emprendimiento, a demandar más y más tiempo. Comienzan también los problemas, la necesidad de incorporar y sumar a más personas, a más mentes, y la necesidad de dejar en el camino a otras personas, así como la dialéctica, la lucha de las contradicciones.

Luego llega a otro el nivel de las decisiones, es necesario abandonar la pega de abogada, la estabilidad económica, volcarse de lleno a hacer crecer esta realidad ya, llamada Liberté, entregarse cien por ciento al sueño, “si quieres celeste, que te cueste”, “quieres que todo el mundo tenga acceso al chocolate, pues renuncia a tu pega y dedícate”.

 

Y la cosa sigue creciendo, y vamos bien pero ¡pum!... ¡el Estallido Social… la Pandemia!...

 

Sola contra el mundo, resiliencia, resiliencia -me decía-, y la practicaba; pero fue difícil, horrible -diría-, pero salimos, sobrevivimos, ya éramos uno yo y Liberté, yo y la idea; pero ahora eran más los que aportaban, más los que creaban, más los que sudaban, más los Liberté: ¡ya éramos un equipo tras un propósito!.

 

Ya no estoy sola, ya la idea es alimentada por varios otros, trabajadores y trabajadoras de la empresa Liberté Chocolat, que hacen que podamos avanzar a entregar nuestros deliciosos productos, cargados de buena energía, cargados de felicidad, y lleguen cada vez a más hogares… 9 años ya de una idea, 8 años ya de la materialización de esa idea y acá estamos luchando día a día, con mucha energía… ¡¡¡Y vamos por más!!!"

Por Alejandro Campusano Farias